Nueva Orleans es conocida como la cuna del jazz, allí se escucharon entre finales del siglo XIX y principios del XX, el Ragtime, el New Orleans Style o el Dixieland, ritmos y melodías que impulsaron el nacimiento de una de las manifestaciones culturales más importantes de nuestro tiempo. Se afirma que “el jazz surgió en Nueva Orleans”, y aunque esta frase tan repetida sea una exageración, lo cierto es que Nueva Orleans es la ciudad más importante en el nacimiento del jazz.
Storyville fue el nombre con que se conoció un distrito de la ciudad de Nueva Orleans, en Luisiana, entre los años 1897 y 1917. Con una superficie de unas treinta y ocho manzanas, las autoridades municipales declararon esta área como zona de prostitución tolerada, tomando su nombre del concejal del Ayuntamiento Sidney Story, a quien se debe el decreto que en 1897 aisló al barrio con la intención de controlar mejor la prostitución, ya reglamentada, y de proteger del escándalo a los ciudadanos. El barrio (y la prostitución) se convirtieron en un negocio floreciente, con la apertura de cientos de establecimientos que ofertaban música. Todo ello generó trabajo para un gran número de músicos, pianistas, cantantes y bandas. Storyville se convirtió así en el motor de la nueva música.
Una de las figuras principales del jazz es Jelly Roll Morton un pianista, compositor y cantante que nació en Nueva Orleans, el 20 de octubre de 1890. Pertenecía a la pequeña burguesía de los criollos de Nueva Orleans, donde se educó, y se presentó a sí mismo como el inventor del jazz en una carta enviada a la revista Down Beat, en 1938.
Aquí os dejamos una de sus piezas.
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