Con la aparición de las primeras escrituras, la humanidad se vio obligada a inventar artilugios para poder transmitir y conservar sus mensajes. Los egipcios junto con otros pueblos de la antigüedad necesitaban inventar una escritura y también un soporte para dejar constancia de ella. Finalmente los egipcios inventaron el papiro, mucho más práctico y versátil que la arcilla, el marfil, la corteza vegetal o el cuero. Aunque fue un elemento fundamental y un gran avance para la escritura, no quita el hecho de que era un producto caro, por tanto los estudiantes solían utilizar trozos de piedra caliza pulida o trozos de cerámica rota para sus trabajos y actividades.
También escribían sobre tablillas de madera recubiertas de yeso, cuando las llenaban las rascaban y las volvían a enyesar, de esta forma podían reutilizarlas. En la actualidad este tipo de piedra recibe el nombre de ostracon.
Además del papiro y el ostracon había más utensilios necesarios para escribir como la paleta, el soporte del pincel y la bolsa de pigmento.
En el mundo de la simbología egipcia, la escritura tuvo un papel muy importante ya que se dieron cuenta que escribiendo las cosas, estas serían eternas y esto nos revela el gran valor que tenía la palabra en aquel entonces. Podemos diferenciar tres tipos: la jeroglífica, la demótica y la hierática, esta última era en forma cursiva. El alumno empezaba a aprender la escritura hierática, ya que era la escritura más sencilla.
Se escribía sobre papiro y se utilizaba para redactar textos religiosos. Cuando el alumno había hecho grandes avances y demostraba ser un buen estudiante entonces se le formaba en la escritura jeroglífica. Esto se debe a que los jeroglíficos eran la escritura sagrada. Se usaban en tumbas, monumentos y esculturas y podían escribirse de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y de arriba abajo. Dejaron de utilizarse en el año 1000 a.C. Por último la escritura demótica, la utilizaban los escribas en la vida diaria y para el comercio.El grupo de los privilegiados eran educados desde pequeños para ejercer de escribas, altos funcionarios que dominaban el arte de la lectura y la escritura. El primer escalón para conseguir este objetivo eran las casas de los libros o casas de instrucción que era la educación elemental que el niño empezaba con seis años. Las clases las impartían sacerdotes y el contenido eran los seis dones de Toth. Trataban temas como la escritura, astronomía, religión, música, lenguaje e higiene. Una vez finalizada la escuela elemental se realizaba un examen el cual determinaba quienes podían entrar estudios superiores, la escuela de escribas.
La profesión de escriba, ligada a la administración del estado y a la clase sacerdotal, gozó desde siempre de un gran prestigio, y podía llegar a pertenecer a la clase social más elevada después de la familia real. De todas las carreras que podía escoger un joven egipcio, la más ventajosa era la de escriba.
Estos reciben una educación más académica e intelectual, no tan práctica como los constructores de tumbas. Su aprendizaje consistía en recitar lecciones y copiar modelos de textos. El texto lo escribía primero el profesor y a continuación los alumnos lo copiaban. Tras esto habría un dictado y después una copia de memoria. Aprendían gramática, ortografía, matemáticas, astronomía, aritmética, geografía y aunque se les daba menor importancia también recibían clases de dibujo, pintura y lenguas extranjeras. Tras dominar los conocimientos básicos el joven podía seguir formándose y subir un escalón más estudiando textos más avanzados.
Eran textos de sentencias sobre los principios morales y enseñanzas sobre la conducta que debían adoptar si deseaban alcanzar una buena posición en la vida y tener un buen futuro.
Un tipo de texto que aparece frecuentemente en las copias que hacían los jóvenes en la escuela es la glorificación de la posición del escriba en la sociedad, comparándola con la del resto de los empleos. Ya que para la sociedad egipcia no hay mejor trabajo que ser un escriba, te proporciona un buen futuro, tienes conocimientos útiles y además tienes una buena posición. El más popular de estos escritos se llama La Sátira de los Oficios. Contiene comentarios como por ejemplo: "he visto al herrero en la boca de su horno; sus dedos son como las garras de un cocodrilo, apesta más que las ovas del pescado", y "el ceramista vive bajo tierra, aunque forme parte de los vivos, escarbando en el barro más que cualquier cerdo para cocer sus vasijas". Por el contrario comenta lo siguiente acerca del escriba: "un escriba, sea cual fuere su empleo en la ciudad, nunca sufrirá en el desempeño de su oficio; dado que satisface las necesidades de los otros, nunca le faltan recompensas... ¡Mirad!, no hay ni un escriba que no tenga alimentos y riquezas provenientes de palacio"
Los años finales de la educación de un escriba si eran de carácter práctico, por ejemplo trabajando al servicio de un amo o trabajando en alguna escuela vinculada al palacio, al ejército o a los templos.
Podemos distinguir entre tres tipos de escribas: aquellos que sabían escribir pero tenían empleos para los que se requería menos formación de la que tenían, los copistas, y los funcionarios. Estos últimos eran los que tenían una mejor posición. Pero por desgracia la mayoría de los escribas se ocupaban de tareas que correspondían a la de grados inferiores en el escalafón de superioridad.
Pero la gran pregunta es ¿Por qué se le daba tanta importancia al hecho de ser escriba hasta el punto de afirmar que era la mejor carrera a elegir? Lo cierto es que, a parte, de poder ascender de clase social y de este modo poder tener una vida digna, los escribas gozaban de ciertos privilegios que otros no tenían,
por ejemplo el impago de impuestos. A veces podían omitir los pagos al estado sin pena alguna, cosa que a los campesinos no se les permitían aunque no pudieran pagarlo y necesitaran omitir esa deuda. También destaca el hecho de desempeñar una actividad que era no peligrosa, a diferencia de los soldados que se jugaban su vida.
El siguiente y último escalón de la educación eran las escuelas sacerdotales. Era una educación de rango superior donde se enseñaba ingeniería, arquitectura, medicina, astronomía y geometría.
Las mujeres también podían ejercer de escribas o incluso sacerdotisas al igual que los hombres, ya que gozaban de los mismos derechos que ellos. En lo único en lo que no eran iguales los hombres y las mujeres era en los trabajos "Los hombres luchaban, gobernaban y gestionaban la granja; las mujeres cocinaban, cosían y gestionaban el hogar". También recibían clases de danza canto y aprendían a tocar instrumentos como tambores, maracas, castañuelas, campanas, sistro, flautas, arpas, liras y laúdes. Esto podía proporcionarles un puesto de trabajo en los palacios.
También es importante destacar la ubicación de las escuelas ya que estas estaban normalmente situadas junto a edificios gubernamentales o templos. Esto se debe a que las escuelas se consideraban uno de los edificios más importantes de la sociedad. Además en los templos los sacerdotes solían impartir clases de higiene, culto, astronomía, música, escritura y lectura al pueblo.
Un dato curioso sobre la educación en Egipto es que iba tan de la mano con la religión que los estudiantes de medicina debían solicitar la venia del dios mediante un juramento de lealtad absoluta a no revelar nunca los secretos de esta ciencia oculta. Por el contrario si no cumplía con este juramento, era sentenciado a muerte.
Profundizando un poco más en la medicina cabe destacar que era para todas las clases sociales además de gratuita y el médico estaba disponible en cualquier momento. Como remedios usaban medicamentos, recetas, música y cirugía, lo que significa que tenían un conocimiento bastante amplio lo que se traduce en una buena formación previa.
Los contenidos de la educación egipcia se extraían de los 42 libros de Thot, donde el más conocido es el libro de los muertos. Contiene temas como preceptos de vida, horóscopos, cuestiones de astronomía, de agrimensura y geografía; técnicas relativas al culto y a los enterramientos; cuestiones teológicas y legales; cuestiones anatómicas y médicas, etc. Se trataba de una especie de enciclopedia que albergaba todo tipo de conocimientos. Como el propio nombre indica su autor fue Thot, que era el dios que había inventado la escritura y que manejaba el tiempo.
Algo característico de la educación en Antiguo Egipto es el uso frecuente de castigos corporales. Se pensaba que el estudiante solo obedecería a base de golpes. Dice un manuscrito: "Los jóvenes tienen espalda, y escuchan cuando se les azota". Un alumno escribe a su antiguo maestro: "Me habéis golpeado las espaldas y vuestras enseñanzas han penetrado en mis oídos".
La figura del educador se materializa en las figuras del faraón, el visir, el sacerdote, el escriba y la familia. El modelo de educador ideal debe poseer la eficiencia propia del sabio, y la moral propia del hombre bueno. De los diferentes perfiles de educador, los dos que son claves para la educación egipcia eran el sacerdote y el escriba ya que eran los colaboradores directos del gobierno y los representantes de toda una autoridad. Estos privilegios son debidos a su preparación cultural, científica y técnica. Estas son el tipo de razones que hacían que los jóvenes con posibilidades, talento, ambición y capacidad emprendedora, se sintieran atraídos por esta profesión.
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